Bueno, eso fue diferente. Totalmente inesperado desde el exterior. Increíble interior lleno de juguetes viejos y recuerdos en armarios de vidrio. Los precios parecen buenos y amable servicio. Hay que tocar una campana para entrar lo que se suma a la mística
Tan contentos de haber encontrado este lugar, que no se parece a ningún bar en el que haya estado antes, una mezcla de oriental, “gentleman’s club” británico y bar portugués. Es realmente difícil resumirlo con palabras, es uno de esos lugares que solo tienes que experimentar por ti mismo, no te decepcionará si lo haces.