Entré con algo de desconfianza por lo que había leído en otras reseñas acerca del trato a los españoles, pero, en mi caso, recibí el mismo trato que cualquiera. Bien es cierto que me comuniqué con las camareras en portugués, pero a un guiri lo calas en la segunda palabra como mucho y sabrían que no soy de allí, así que imagino que simplemente no les importaría mucho a las camareras de dónde era. Me pedí unos chocos y estaban bien, aunque en el plato primaban las patatas (como se ve en las fotos de otras reseñas) y no había mucho pescado. Pero bueno, la verdad es que con un plato comes muy bien.