25/03/2025: Descubrí recientemente el Restaurante Espiga Dorada, ubicado en las tierras de Borba, y fue una experiencia excepcional. Este establecimiento está íntimamente ligado a la Bodega Adega de Borba y se encuentra al suroeste de la ciudad, en dirección a Estremoz por la N4.
Antes de ingresar al restaurante, visité la tienda de vinos de la bodega, que ofrece una amplia gama de productos, desde vinos jóvenes hasta reservas. La decoración de la tienda es única y distintiva, creando un ambiente acogedor. La encargada me brindó una atención magnífica, asesorándome sobre la visita a la bodega, la cual detallaré en otro comentario.
A la derecha de la tienda se encuentra el Restaurante Espiga Dorada, al que accedí a través de una entrada maravillosa, adornada con barriles que invitan a disfrutar de una copa antes de ingresar. Realicé la reserva a las 11:50 horas y fui atendido amablemente por el camarero Don Luis.
Al llegar al restaurante, la disposición de las mesas me impresionó positivamente. A la izquierda, hay mesas grandes para grupos; en el centro, mesas de cuatro; y a la derecha, mesas también para cuatro, decoradas con las tradicionales "talhas de Borba" (antiguas tinajas de barro utilizadas en la elaboración de vinos antes de 1954), conocimiento que adquirí durante la visita gracias a mi guía, Catarina.
Fui acompañado a mi mesa por Don Nuno, un camarero ejemplar con una actitud y profesionalismo destacables. La atención al detalle fue evidente: las aceitunas servidas en cajas de madera, el pan de calidad y las copas relucientes que reflejaban la luz del restaurante.
Opté por un maridaje que incluyó un vino blanco regional del Alentejo, un coupage de Roupeiro, Arinto y Antão Vaz, que acompañó perfectamente un queso fresco de la región aderezado con finas hierbas. Don Nuno también me ofreció un aceite de oliva virgen extra de la propia bodega, denso y armonioso con el vino blanco.
Para el segundo plato, elegí una picaña de 500 gramos, cocida en su punto y acompañada de piña asada, creando una combinación de sabores espectacular con el vino tinto reserva de la bodega. Aunque la cantidad era abundante, la calidad de la carne, tierna y jugosa, me llevó a disfrutar cada bocado.
Finalicé la comida con un doble expreso de excelente calidad y, aunque la carta de postres era tentadora, la satisfacción me impidió probar alguno. Antes de partir, degusté una copa de orujo envejecido tres meses en barricas de roble, también producido por la bodega, que facilitó una agradable digestión.
Esta experiencia gastronómica fue inolvidable. La simpatía y profesionalismo de todo el equipo hicieron de mi visita algo memorable. Recomiendo encarecidamente este lugar y espero regresar pronto.
Atentamente,
Luis Carlos
18/03/2025: Impecável, vale a pena a deslocação, muita qualidade e bom ambiente.