Nos alojamos en hotel cercano y cenamos el día de llegada. A pesar de poner que cierra a las 22.00, llegamos 6 personas a las 21.45 y nos atendieron amablemente. Local de barrio, sin lujos, limpio y autentico. Probamos revuelto de gambas, franceshinha, bacalhao a bras y parrilla mixta. Todo bien cocinado y muy rico, los postres caseros también buenos. Precio justo (más barato que locales del centro de Lisboa). Muy recomendable.