La verdad que fue una maravilla. Es lo que se pide muchas veces, buena calidad, atención profesional y local agradable.
Es verdad que hay mucha gente esperando pero tienen todo tan rodado que la espera no fue muy larga.
Pedimos filetes de pescada para el niño, muy muy ricos, nada especial pero estaban de 10.
Luego picaña para nosotros y la niña, la pedimos ya pasada por comodidad ya que el brasero con niños es un lio.
Luego vino branco portugués y un buen postre casero. Y obviamente el café portugués excelente.
Para repetir!!!!!!!