Un sitio familiar con muy buena comida típica portuguesa. Es un sitio que no es lo que parece. Los dueños son una familia portuguesa muy muy amables. Comimos 3 personas muy muy bien y nos trataron como de la familia. Si volvemos a Oporto
No dudaremos en ir a verlos. El postre comimos serradura portuguesas totalmente casera estaba de chuparse los dedos.